domingo, 18 de mayo de 2008

EL RELATO DE PAMELA PALMA

Pamela . Que bueno contar contigo, en esta series de relatos, algo que antiguamente hubiese sido pecado , ya que son secretos de la naturaleza, por suerte ese concepto cambió, lo que si aunque los hombres se han incorporado en sus partos

pensé que iba a ser mayor, Bueno pero de todas maneras
hay que integrarlos, porque esa es una tarea de dos
.GRACIAS PAME
La tarde del 27 de abril de 1977 comencé a tener contracciones. Cuando éstas se hicieron regulares partimos a la Clínica de la Católica con mi marido, ambos éramos estudiantes. La matrona fue categórica: Esta guagua no nacerá hasta mañana al mediodía, así que váyanse para la casa no más. Había toque de queda y yo pensaba que si tenía algún problema a mitad de la noche no podría salir de mi casa hasta que se levantara “el toque”, es decir, a las seis de la mañana. La matrona insistía en que nos fuéramos y que en caso de emergencia saliéramos a la calle ondeando un pañuelo blanco. La Clínica estaba a tope pero luego de mucho insistir me ingresó, pero con la advertencia de que no había camas, así que tendría que quedarme en el pasillo. Ali me quedé como castigada en una camilla. Una mujer mayor que yo se paseaba dando gritos y aferrándose a las columnas. Con ánimo de ayudarla le pregunté si era su primer hijo: “¡No! Era el sexto. Se llamaba Rosa. No olvidaré nunca los gritos aterradores de Rosa. Yo sólo esperaba el minuto en que mis propios dolores me hicieran gritar como a Rosa, pero eso nunca pasó.Toda la noche estuve en esa camilla del pasillo, sola, A las cinco de la mañana yo ya había dilatado lo suficiente como para empezar a pujar. Cuando me entraron a pabellón, en el box vecino estaba Rosa a los gritos. Entró un médico y le dijo tajante: o te callas o te hago una cesárea: fue como magia, a los pocos minutos sentí el llanto débil de un bebé, era el hijo de Rosa: un varón de 2.600 grs.
Yo por mientras impávida seguía las instrucciones del interno de turno. Jadeaba, pujaba, jadeaba pujaba. De pronto apareció una enfermera con una bruta jeringa, me dijo que me pusiera de costado y sin consultarme me encajó la aguja en algún rincón de mi columna. Era la famosa “epidural”, que me dejó dormida de la cintura para abajo. Entró un simpático doctor, recuerdo que era boliviano, el Dr. Suárez quien me indicó que siguiera pujando. ¿cómo pujar, si no sentía nada? “con más fuerza” decía el doctor y yo hacía como que pujaba, pero ¡no sentía nada de nada!. A las 6 en punto de la mañana del 28 de abril nació mi hija mayor. Enseguida el Dr. Suárez me la puso al pecho, envuelta en un pañal de tela. Nada se compara a lo que sentí en ese momento. Ese pequeño cuerpo había estado dentro de mí hasta hace pocos minutos. Ahora esa personita menuda y dulce buscaba mi pecho para crear ese lazo que nunca jamás nadie podrá cortar.

12 comentarios:

Visnja Roje dijo...

PAMELA,GRACIAS POR HABER PARTICIPADO EN ESTE "OPINA LA GENTE"(SE ME ACABA DE OCURRIR), Y QU EES TENER LA VISIÓN DE COSAS QUENOS HAN PASADO A TODOS , O MEJOR DICHO A CASI TODAS LAS MUJERES, ESTO FUE ESCRITO Y RELATADO POR CASI PURAS MUJERES ¡y los hombres ?

un beso

visnja

Anónimo dijo...

hermoso relato de vida, abrazos Visnja en este mes que es de las madres

Julia Ardón dijo...

la dulzura del final salva el dolor e incertidumbre del principio.
Qué bueno que las cosas están cambiando en los partos.
Qué injusticias se cometieron contra tantas mujeres...

Gracias por compartirlo.

María Inés dijo...

Casi pude imagiar la sensación de indefensión frente a esa matrona, la situación histórica y la Clínica en esos días... Pero como siempre, todo vale la pena , o no importa, al sentir el calor de esa pequeña cosita en nuestro pecho.

Gracias por un relato buenísimo.

Saludos

Makeka Barría dijo...

De pelos, Pamela, con los gritos de Rosa, creo que yo habría sido la primera en haber hecho famosa la fracesita aquella de ¿¿¡¡POR QUÉ NO TE CALLAS!!??... jajaja.... la verdad es que en esas circunstancias a cualquiera altera esos gritos.
Cariños.

josef dijo...

Relatos hermosos y abrumadores los de los partos, cada vez que los leo me quedó con la boca abierta de nuevo...¿cómo podéis resistir? Lo sé; no hay mejor premio ni regalo en el mundo queel de procrear un hijo tuyo. Saludos!

Vivianne dijo...

A pesar de encontrarse con situaciones adversas, complejas, la valentía de llevar a cabo lo más hermoso de la vida, dar a luz carne de tu carne sangre de tu sangre, el sufrimiento queda chico al ver la luz en los ojos de tu hijo, un regalo infinito, excelente como siempre Visnita!!!

Pame Recetas dijo...

Visnjita linda: Gracias por publicar mi relato!! me da como "cosita" desnudarme así frente al "público". En realidad un parto es algo muy íntimo, pero tu idea me pareció genial y no podía sino adherirme...besos

SEISITO dijo...

PARA PAME, estos relatos, me traen a la mente, tantos momentos, felices,besitos a tu hija.
cariños

Anónimo dijo...

Se hace la referencia de que hay que integrar al hombre al trabajo de parto...yo creo que sería más estorbo que ayuda en esa situación; además, ayer escuché una historia de un tipo que estuvo presente en el parto y que, después de eso, no ha podido intimar con su mujer (y ya habían pasado dos años).

Vamos al relato en sí. En días de toque de queda, las cosas no eran nada de fáciles. Y hay que meterle susto con la cesárea a algunas para que se queden un poco más tranquilas, jejeje.

Saludos cordiales.

Pame Recetas dijo...

No quería decirlo, pero estoy de acuerdo con Luis Alejandro. Siempre entré sola a la sala de parto y creo que el padre de la criatura no habría sido de ninguna ayuda. Disculpen los caballeros...

Anónimo dijo...

Jaja...prefiero enviar buenas vibras desde afuera para que todo salga bien.