martes, 31 de julio de 2007

FIN DE UN SUEÑO DE NIÑOS

Después de un intensa semana donde se juntó mi cambio de medicamentos y la muerte de mi ,no estaba capacitada para escribir nada, es por eso que decidí publicar Mi parkinson, un reportaje que fue difundido en otro blogg, y me habían solicitado reponerlo nuevamente cosa que hice.
La historia que escribí en esta ocasión, obviamente verdadera, involucra un terremoto y la creencia de una niña en el Viejo Pascuero pero vamos ¿Me acompañan a leerla

Estamos en el mes de diciembre, mes de cumpleaños, mes de Navidad se acaba el año, muchas festividades en un solo mes. Bueno primero que nada mañana es 19 de diciembre y es mi cumpleaños y siempre me lo han celebrado, generalmente el mismo día ya que no hay problemas de colegio, porque estamos de vacaciones, y que los papás trabajen eso no tiene importancia ya que igual ellos no cooperan en preparar nada. Es el año 1966 o 1967 y los preparativos están viento en popa, mi mamá hace un chocolate más rico, también prepara un ponche, pero de niños eso se hace con durazno en conserva y bebidas también hay unos pancitos chiquititos con cosas ricas adentro, bueno y por supuesto una torta rosada con manjar estaban todas las cosas listas y eso que este año mi abuelita andaba en Santiago junto con Mabel ( las he echado más de menos) bueno y a lo mejor por eso mi mamy empezó antes.
Todas las casas ya están arregladas para la navidad, menos la nuestra, porque mi mamá ya dijo que tenía una experiencia, es que hace unos años cuando yo era más chica nos pusimos a jugar al escondite adentro y dejamos la embarrá se cayó el árbol y se quemaron las luces, mi mamá se enojó tanto y menos mal que no dijo nada delante de mis amigos. En este cumpleaños lo pasamos bien tuve hartos regalos, jugamos, lo pasamos bien como siempre y ahí yo invito a mis amigos sean de aquí o de allá y por eso armamos el árbol el día 20 un día después de mi cumpleaños. Nosotros siempre lo hemos armado así, (ustedes saben aquí es desierto no existen los pinos naturales ni tampoco los artificiales, así es que el ingenio aquí es la mejor arma) cortamos papel crepé con flecos y envolvemos una estructura de alambre por alambre y ya estamos listos le ponemos los adornos y !!!ya¡¡¡ listocos. Empiezan los días de ponerse en la buena con todos para que el viejito nos lea nuestras cartas y traiga lo solicitado, también eso va acompañado con el promedio sacado en el colegio.
Yo me recuerdo de esa noche que yo estaba muy cansada y me acosté temprano, luego desperté muy gritoneada por mi mamá, la escuchaba diciendo Visnja, Visnja, Bogo, Bogo, ella realmente estaba desesperada de pronto sentí que me corrían la cama hacia el centro de la pieza pero además, yo estaba soñando con una historieta del Pato Donald y no cachaba que pasaba, sentía que mi mamá me tiraba y me empujaba a la calle junto con mi hermano y de pronto me vi allí en medio de la calle a pata pelá de la mano con mi hermano, la vecina hincada en el suelo y rezando el ave maría y luego mi mamá al lado mío en brazos con mi hermana chica y mi papá corriendo
por la calle yo no sabía hacia donde y yo veía que el polvo se levantaba y no veíamos nada solo la tierra saliendo del suelo, de pronto miro al cielo y las lámparas de los postes se columpiaban de un lado hacia el otro hasta que se cortó la luz y yo preguntando ¿que pasa, que pasa? y la tierra que nunca terminaba de salir del suelo, de pronto todo terminó, el ruido se acabó, poco a poco se fue calmando todo, la vecina seguía llorando y rezando pero se empezó a calmar y lo único que quedaba era el polvo que de a poco empezó a decantar, ya mi papá llegó con mi abuelito y hablaban del terremoto, de lo largo y fuerte que había sido, de pronto llegó la luz y yo entré a la casa había mucha tierra por todos lados todos los muebles estaban llenos de tierra y cuando llegué al comedor sobre la mesa estaba la muñeca que yo le había pedido al viejito pascuero (grandota y todavía cree en el viejo pascuero), la pelota, los camiones de mi hermano y cosas que no habíamos pedido ahí empecé a cachar algo, pero no tenía las cosas en claro, sentí que venía mi mamy y me fui al patio, luego ella me empezó a llamar y salí a su encuentro, nos fuimos al living, pero ya no había nada en la mesa, estaba vacía, y ohhhhh, el árbol que tanto había cuidado estaba todo roto en el suelo. Esa noche dormimos todos en mi dormitorio y como 3 días más hasta que no arreglaran las murallas del dormitorio de mis papás y con mayor razón de la casa de mis tatas, sobre la almohada de la cama de mi abuelito había un gran pedazo de pared, ¡menos mal que mi papá lo sacó a tiempo¡
Yo no soy tonta y no pregunté nada a mi mamá de lo que yo había visto sobre la mesa del comedor, esperé la navidad y no me llegaron 2 muñecas eso me hizo cómplice por un tiempo más de mis papás, la verdad es que yo me sentía muy importante ya que guardar un secreto así no era nada de fácil.