miércoles, 5 de septiembre de 2007

UNA SEMANA DE PREMIOS



Amigos esta semana nuevamente me toca compartir con Uds. un premio que me otorgó mi amiga Marce, ella es de Antofagasta y se lo agradezco de corazón y ya le dije ¡ que Dios se lo pague¡, es el premio Blog Solidario, pero eso me pone muy contenta, porque puedo agradecer y premiar a mis amigas también, claro la verdad es que no me alcanza uno para cada uno como quisiera pero los premios los doy de acuerdo a lo que mi corazón me dice. Aquí van:
ALMA ENAMORADA: Por su gran corazón, porque ha dedicado parte de su tiempo familiar para ayudarme a encontrar el medicamento que necesito y averiguar precios y todo eso. Se lo agradezco con toda el alma.
PERIQUITA: Por ser una buena amiga conmigo, con las demás personas y sobretodo por querer demasiado a los animales y porque ha estado haciendo una campaña, para protegerlos especialmente a los toros de toreo, que los hacen sufrir.!!! ustedes ni se imaginan cuanto¡¡¡¡
PAMELA: Porque es muy generosa con sus amigos, que con su sencillez de mujer sureña, me ha conquistado y porque yo pensé que era una lolita, pero no, es una gran ¡!LOLA ¡¡
MIRI: Por estar dispuesta a ayudar a sus semejantes y se preocupa y pregunta si necesitamos algo y cuando ve que alguien está en problemas va y te visita y te aconseja, es como una mamá.
JENNY: Es muy buena amiga, preocupada, solidaria, amante de los niños, una campesina en la ciudad comparte sus secretos culinarios, tierna, se nota que es muy preocupada de su familia y de la gente que la rodea.


Bueno como no alcanzo a contar una historia ya que les tenía una sorpresa pero no pudo ser esta semana, será la próxima. Pero a cambio les voy a contar una anécdota, mía por supuesto, es de calzones o bragas o cuadros.
Estábamos en 3ª medio con Mabel e íbamos al liceo en las mañanas, era en toda la época del año 1973 y paros por todos lados, de los camioneros, de los micreros, de los profesores, de los alumnos etc., pero esa mañana no sabíamos si había o no paro de los estudiantes por lo tanto íbamos apuradas para enterarnos de la situación. Nosotras estábamos en el liceo nº 12 que quedaba en Grecia con Lo Encalada y nuestra casa estaba en Macul, a unas 45 cuadras. Tomamos el bus ya bastante justas con la hora, (pasaban como el Transantiago, tarde mal y nunca), muchas veces nos íbamos a pie, pero por suerte nos alcanzamos a subir, este bus iba repleto, eran esos de los típicos de la ETC., pero
cualquier gente. Nosotras estábamos paradas en el medio o sea éramos el jamón del sándwich y de pronto, siento algo que se desliza por mi cintura, hacia abajo, (no no era un agarrón) y me toco, lo más disimulada posible, todavía veníamos por Macul y empiezo a sentir que ese algo se empieza a deslizar por mis piernas, por suerte era invierno y yo andaba con un mongomery y metí la mano a el bolsillo con bastante dificultad y le pasé los libros a la Mabel y ¡!claro¡¡ lo que yo temía, se me habían cortado el elástico de los calzones¡¡¡ eran de esos de algodón, bastante amplios en la parte de arriba, (no eran para nada de sexis como los de ahora ) y esos se caían de verdad, pues yo seguía en el medio, por lo menos algo me tapaban las personas al lado mío y le conté a la Mabel, y ella poco disimulada se reía y miraba a la zona y yo colgando del fierro y la otra mano en el bolsillo, cuando llegamos a Grecia, teníamos que empezar a corrernos porque el bus llegaba al paradero lleno. Yo no sabía si iba a poder caminar y con gran dificultad avancé por el pasillo (tenía una manera rara de caminar) hasta que por fin llegamos a donde nos bajábamos y no podía caminar, lo que logré, fue llegar a unos edificios de departamentos y me metí al recibidor y simplemente me saqué los calzones. La Mabel afuera me esperaba muerta de la risa (y yo para mis adentros, eso me pasa a mi no más¡¡) y nos fuimos corriendo. Llegamos justo antes que cerraran la puerta, me fui directo a la sala y ahí estuve, como 2 ½ hrs. en clases a poto pelado y muerta de frío, me tuve que aguantar no más y mientras tanto consiguiéndome un alfiler de gancho para poder pasar nuevamente el elástico, después de esa hora todo el liceo sabía lo de mis calzones, y yo digna, me pesqué un resfrío de padre y señor mío.