miércoles, 20 de junio de 2007

SIGUEN LAS AVENTURAS





Que rabia y que pena,cual era el fin de botar hasta las paredes ,de que les servía ,el fin era destrozar, rodos las fotos restanes son de vergara..Sigue la pena ,¿que ganan hasta para botar los muros, me dá mucha tristeza y rabia, como no pudieron protegerlos si era un bien nacional .La foto de al lado derecho era la plaza de Vergara ,todos sus asientos,sus quioscos y la glorieta,están en Antofagasta, en la Universidad de Antofagasta en una replica a escala.











Eran como las 17.30, ya había ido a dejarle las onces a mi papá un ritual de todos los días a la17.30 se le llevaba , ya que él padecía de úlcera duodenal y el tratamiento en ese período debía ser leche y comer cada 2 horas, mucha leche, y una dieta muy rigurosa. En ese tiempo no estaba la medicina tan adelantada como ahora, en estos tiempos un tratamiento así, significaría ir envenenándolo poquito a poco, me daba tanta pena, pero el venía a Stgo. con un especialista en Gastroenterología, bueno es cierto que estaban a la vanguardia los especialistas en Stgo. (ese concepto varía mucho en 50 años) ahora les realizan la video endoscopia, en esa época la cánula era de un grosor casi grotesco, ahora es tan chico, como la sonda de los recién nacidos y todo el proceso es tan rápido, bueno lo que se puede y también descubrieron que había una bacteria que era la causante de esta patología, el bicho, se llama Helicobaxter Pilori y es el causante en la mayoría 85% de los dolores de guata, previo a esto y para estar seguro se le toma una muestra de tejido en el momento del examen y el tratamiento ¿saben cual es? una simple caja de antibióticos, un régimen liviano y chao! ah¡ y ahora se puede hasta grabar el video como las guaguas ¡!!!,Como nos cambian las cosas¡¡¡, bueno debido a esto teníamos que llevarle a esa hora su leche, en un termo de ½ litro ¡¡¡¡le quebramos tantas veces el termo ¡!!!!!, por ir jugueteando, y cuando eso pasaba, obligado a llevarle la leche en una botella de cerveza, muchas veces también le quebrábamos hasta la botella y para que no nos retaran la dejábamos ahí no más, claro, que cuando el llegaba, nos castigaban, así teníamos más cuidado para la próxima vez.

Bueno, estábamos tan tristes el Bogo y yo, ya que mi abuelita se venía a Stgo. al día siguiente y se iba a despedir no sé de quién, la cosa es que ya había concluido la visita y en esa casa había un perro que había estado jugando con nosotros toda la tarde, al parecer uno de nosotros le pisó la cola y justo iba pasando la Mabel, y ella al darse vuelta el perro se afirmó en sus hombros y le pega el mordisco en el ojo, eso me parecía casi conocido, corriendo detrás de mi abuelita. En el hospital le cosieron algunos puntos y le pusieron la Primera vacuna, antirrábica, hasta no saber si el perro estaba o no vacunado, todavía recuerdo los gritos de la Mabel, afortunadamente, el perro tenía sus vacunas al día.

Cuando ya estábamos más o menos en quinto o sexto, teníamos una clases extraprogramáticas o lo que ahora se llaman talleres. Eran bastante apetecidos porque primero, no se pasaban esas
materias en clases normales y lo otro, íbamos con ropa de calle, entonces, aprovechábamos de lucirnos lo más que se pudiera, ante esa fauna que decían llamarse hombres (no existía ninguno que valiera la pena, yo era la más alta del curso, y tenía como apelativo cogote de jirafa. A mi me cargaba ese y les decía (yo era bien pitucona en el colegio), si me quieren decir así háganlo pero díganme, cuello de Jirafa, nunca más me pusieron otro apelativo. Bueno si yo quería estudiar algo relacionado con ramos médicos, debíamos estar en Biología, Me Recuerdo bien, el Sr. Burgoa estaba a cargo de esa asignatura y nos solicitó para la próxima clase un gato, ¿vivo¿, por supuesto. Llegó el día, nadie había llevado el famoso gato (previo a este experimento, habíamos trabajado con ojos, corazones etc, pero nada vivo, nos dio algunos minutos para ir al mercado, pero cuando llegamos no había ninguno o estaban tan apestados, que nos daba cosa tomarlos, nada , veníamos de vuelta y aparece uno dando vuelta la cuadra, lo llamamos y era súper amistoso, tenía cinta en el cogote, una roja, bueno llegamos y lo amarramos a una tabla que hacía las veces de camilla y cada vez que le tratábamos de ponerle una inyección el gato chillaba en eso entra la Marta Carolina, la que se creía la más top de lo top (ella es ingeniero, pero posteriormente, se hizo monja) y ve al gato y empieza a gritar,¡¡¡¡¡¡ mi gato, mi gato!!!!!!!!en eso miramos al gato y este no estaba, unos chicos lo perseguían y el gato todavía tenía la tabla amarrada y yo no sé, como podía correr así estaba tan desesperado hasta que Marta lo agarró, le quitó la tabla y se lo llevó.
Al día siguiente supimos que habían amonestado al profesor y a nosotros no nos pasó nada ya que seguíamos indicaciones de nuestro profesor.